«Tenía cualidades para lograr el éxito, pero la guerra lo impidió»
Entrevista a Rami Anis, nadador sirio asilado en Bélgica
Cuando llegó a Bélgica hace ocho meses se puso en contacto con la federación de natación, en la que le presentaron a su entrenadora actual, Carine Verbauwen. “Si realmente quieres tener una oportunidad de ir a los Juegos, no puedo tener piedad contigo. Tendrás que entrenar muy duro”, le dijo a Anis la exnadadora belga, olímpica en dos ocasiones (Montreal 1976 y Moscú 1980). “¡Y lo hizo! Se quejó, como todos, pero no le dejé”, relata la preparadora.
La relación entre ambos se extiende más allá de la piscina y ella se ha convertido en una persona fundamental para este refugiado. Fue Verbauwen quien le ayudó a buscar piso en dos semanas, cerca de Gante, una vez obtuvo el derecho de asilo. De vez en cuando, también le apoya en sus clases de lengua flamenca, que compagina con los entrenamientos.
“Sé que si se hubiera quedado en Siria, si no hubiera habido guerra, hubiera ido a los Juegos Olímpicos. Creo que le arrancaron de los Juegos por la guerra y es justo que pueda ir”, dice la antigua deportista. En la ceremonia inaugural, el próximo 5 de agosto, Rami Anis desfilará junto a sus compañeros de equipo, representados por la bandera olímpica.
¿Qué supone participar en unos Juegos Olímpicos, después de haber tenido que abandonar Siria?
Participar en Río es un gran logro, es el sueño de todo deportista y estoy muy orgulloso. Tenía las cualidades, todos los medios para alcanzar el éxito, pero desafortunadamente, debido a la guerra, a la situación en mi país, no fui capaz de lograrlo allí. Para mí va a ser una experiencia fantástica.
¿Cuál sería para ti un buen resultado en Río de Janeiro?
Voy a intentar batir mi mejor marca personal y hacer los 100 metros mariposa en 54,20 segundos. Ahora los hago en 55 segundos. Intentaré ser uno de los mejores deportistas.
¿A qué edad empezaste a competir?
Empecé a nadar a una edad temprana y comencé mi carrera profesional cuando tenía 14 años.
¿Cuáles han sido tus principales logros deportivos?
He sido el mejor nadador de Siria durante seis años seguidos, medalla de plata en la modalidad de 100 metros mariposa en el campeonato asiático juvenil de natación en Tailandia (2005). Tres medallas de oro en las modalidades de 50, 100 y 200 metros mariposa en los campeonatos árabes de juventud, en Marruecos (2007), séptimo puesto en el mundial en piscina corta de Dubai (2011), en la modalidad de 200 metros mariposa.
¿Te consideras un representante de los refugiados o cuando se compite es inevitable defender a tu país?
Estoy muy orgulloso de ser uno de los integrantes del equipo de refugiados, pero mi corazón seguirá en Siria. Aunque al mismo tiempo intentaré transmitir el mensaje de que los refugiados, vengan de donde vengan, pueden ofrecer algo a la sociedad. Son personas que pertenecen a diferentes partes del mundo, muchos de ellos con un gran talento en diversos ámbitos, como en ingeniería, en medicina, en música, en deporte, y son capaces de integrarse en las sociedades que los acogen y les dan una oportunidad.
Tu experiencia es la prueba.
Sí, los belgas son muy amables. Carine me ha ayudado muchísimo y mis colegas belgas [otros nadadores] también me han ayudado a integrarme en este país. Estoy muy orgulloso de haberme instalado aquí y de ser parte de esta sociedad.
¿Cuando abandonaste Siria?
Dejé Siria en octubre de 2011 por la guerra, para poder continuar mi carrera deportiva en Europa. Fui a Estambul, porque un hermano mío se instaló allí dos meses antes. Al principio no sabía que iba a estar tanto tiempo fuera e iba a dejar mi país para siempre. Pensé que la situación mejoraría y en dos o tres meses podría volver. Nunca creí que la guerra podría durar tanto tiempo.
Dura ya cinco años…
Cuando vi que era imposible volver, contacté con una entrenadora serbia y empecé a entrenar en un club de natación de la ciudad, durante cuatro años. Pero no podía participar en competiciones profesionales porque no tenía la nacionalidad turca. Por eso decidí ir a Bélgica, para poder seguir con mi reto.
¿Cómo llegaste a Bélgica?
Abandoné Estambul en octubre de 2015 hacia Esmirna. Allí, con otros emigrantes, cogimos el barco hasta la isla de Samos (Grecia). Desde allí tuvimos que viajar hasta Macedonia y cruzar Serbia, Hungría, Croacia… hasta llegar a Bélgica. La mayor parte del viaje lo hicimos de madrugada, en tren y en autobús, aunque también tuvimos que caminar mucho. Casi no teníamos comida, y nos vimos obligados a sobrevivir con fruta y zumos. El viaje duró 10 días y fue el más difícil que he hecho nunca, mi experiencia más difícil.
¿Qué te parece la reacción de Europa a la realidad de los refugiados?
En nombre de todos los refugiados en general, y de los sirios en particular, deseo que se abra la frontera entre Grecia y Macedonia para los que están atrapados.
¿Te planteas algún otro reto transcurridos los Juegos Olímpicos?
En Bélgica estoy considerado como uno de los seis mejores nadadores en la modalidad de mariposa y espero poder ser uno de los tres mejores. Este es mi objetivo para el futuro.
Y antes, ¿va a haber foto con Michael Phelps?
Es mi héroe, ¡quiero ganarle! No, hablando en serio, no creo que pueda verle durante los Juegos, pero quizás cuando acaben pueda concertar una cita con él y hacerme una foto a su lado.