Ignacio Martínez de Pisón es un referente para muchos escritores: además de su enorme talento como narrador, se impone unos horarios que cumple y con los que logra publicar una novela con una frecuencia regular. Presume de normalidad, pero
el estricto cumplimiento de su rutina lo convierte en un ser excéntrico.
Comenzó como cuentista. En sus novelas, como hacía Galdós, aborda grandes momentos históricos (la Transición, la Guerra Civil o el franquismo) y la Historia se inmiscuye en la vida privada de los personajes.
"El escritor que ahora soy es un escritor que el Pisón de hace treinta años detestaría. Si algo me desagradaba entonces, era el realismo, las novelas que dialogan con la tradición más clásica del siglo XIX. Y casualmente he terminado siendo esa clase de escritor: lo que entonces no quería ser", le dijo a Daniel Gascón en
una entrevista en Letras libres.