Cuando aún no he terminado de apretar las manos llenas de trabajo y surcos de historia de los agricultores de Villaconejos se empieza a vislumbrar en el horizonte una jornada clave: el Día internacional de las personas Refugiadas. Ya superado el ecuador de la campaña, con unas huellas que comienzan en la valla de Ceuta y se pierden por distintos pueblos de la Comunidad de Madrid, me decido a redactar este diario de campaña. No sea más que porque cuando vivimos momentos históricos como este conviene que esa historia quede plasmada negro sobre blanco. Quizá más que por la memoria colectiva por la memoria propia.
Empiezo este diario de campaña que desembocará en ese punto de inflexión en la historia de nuestro país que será el próximo 26 de junio y quiero comenzar precisamente hablando del horizonte que menciono, de las personas refugiadas.
Como digo, celebramos hoy el Día de las personas refugiadas y el panorama no puede ser más desolador: No hace ni 24 horas que
la policía turca mataba a ocho refugiados sirios en su frontera como muestra de la obediencia al encargo de sicariato que la Unión Europea le ha hecho para no mancharse sus frías manos. Desgraciadamente, esto queda casi como una anécdota macabra de unas políticas racistas y contrarias a los Derechos Humanos que ya han generado miles de muertes en el Mediterráneo. Muertes facilísimamente evitables de cumplirse los convenios internacionales y aplicarse la ley. Simple y llanamente. Ni más ni menos.
Los que mueren no lo hacen por la “terrible avalancha” ni por una supuesta e incontrolable llegada masiva de personas refugiadas. Lo hacen porque no se están cumpliendo leyes que ya han sido pensadas, debatidas y aprobadas. Lo hacen por el miedo de una Europa que ha ahogado voluntariamente sus valores y principios en el mismo Mediterráneo en el que ve morir con pasividad a los seres humanos que llaman a sus puertas.
Esto hace que todavía resulte más cínico el hecho de que este martes vayan a llegar a nuestro país en torno a 200 refugiados acogidos por el Gobierno en funciones. Como ya hicieran hace seis meses, sólo están acogiendo gente en medio de la campaña electoral (aquella vez fueron 18). En este caso, para mayor náusea, lo hacen coincidir con el Día internacional de las personas refugiadas para apuntarse el tanto. De no ser por lo absurdo de lo que voy a decir y porque en el fondo ya no van a tener opción de seguir gobernando, casi dan ganas de que vuelvan a repetir elecciones para que acojan a algunos más.
Por nuestra parte, hoy acompañaremos a la sociedad civil y a las distintas organizaciones que se manifestarán en Madrid a las 19:00 horas para reivindicar los derechos de las personas refugiadas. Es nuestro lugar, acompañando e impulsando las luchas de quienes deben ser los auténticos protagonistas: los propios refugiados y las organizaciones y colectivos que llevan años trabajando con ellos y por ellos.
Tras esto queremos dar la máxima prioridad política a este asunto en el que nos jugamos nuestros valores y nuestro lugar en la historia con un acto colectivo en la Sala Mirador de Lavapiés a las 20:30 horas. Varias voces, música y poesía para recordar que ningún ser humano es ilegal y que, por capacidad, por conocimiento y por humanidad, a las personas refugiadas sólo se les puede dar una respuesta: Bienvenidos.
Seguimos.