Condicionantes y condicionados
Con el anterior secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, la abstención de los 85 diputados socialistas se había hecho imprescindible para que el candidato del PP, Mariano Rajoy, resultara investido como presidente del Gobierno. La abstención pudo tener un alto precio, pero Pedro estaba emperrado en el “no es no”. Cambiaron las expectativas y, en consonancia con ellas, las actitudes. En el Partido Socialista brotó el alzamiento exasperado de quienes sentían el vértigo de la extinción, agudizado por los resultados de las elecciones de Galicia y del País Vasco.
Pedro evitaba comparecer ante la adversidad, encomendando la tarea a César Luena, e intentaba madrugar a sus críticos con una convocatoria exprés del congreso pendiente. Los conjurados respondían activando las 17 dimisiones de la ejecutiva, el comité federal daba un sábado de espectáculo. Ruido, mucho ruido y, al final, llegó el final de Pedro a los sones de Marcial, eres el más grande. Susana Díaz parecía invalidada por los modos, por los lloros y por la vacuidad del discurso de cabeza y cola.
La tarea del socialista Javier Fernández era recuperar la unidad, enterrar a los muertos —según prescribe una de las siete obras de misericordia— y evitar unas elecciones de pronóstico reservado. En la ribera contraria, don Tancredo Rajoy veía la oportunidad, se crecía y exigía a quienes hubieran podido exigirle. Han cambiado las tornas y es él quien plantea exigencias, declarando insuficiente la abstención por la que suspiraba. Quiere al PSOE de rodillas o se deslizará hacia la tercera convocatoria electoral, de la que culparía a los socialistas.
El pleno de investidura tendría que convocarse el lunes 24 para celebrarse el miércoles 26 con segunda votación el viernes 28. Las consultas del rey tendrían que ser el jueves 20 y el viernes 21.
Para cerrar los acuerdos quedarían 15 días, pero solo cuatro útiles, los comprendidos entre el domingo 16 y el miércoles 19, dado que solo en el comité federal del sábado 15 habrá sido posible revertir el no es no.