Un aplauso para Sánchez cada dos minutos
El discurso con el que el candidato abrió el debate de investidura ha sido el más ovacionado desde el año 2000
Pedro Sánchez llegó el martes al Congreso con el aval de la militancia socialista y tras haber alcanzado un acuerdo con Ciudadanos. Un pacto insuficiente para gobernar, pero muy relevante dentro de la batalla por la imagen que están librando todos los partidos desde que se celebraron las elecciones generales. La de convencer de que, si finalmente hay que volver a sacar las urnas, no será por culpa de ellos sino por el egoísmo del contrincante. Porque si hay algo en lo que los analistas coinciden es en que el electorado castigará a los que queden como los responsables de que se repitan los comicios.
De ahí que el candidato socialista, cuyo discurso estuvo revestido de solemnidad —en contraste con su habitual tono de mitin—, quisiera mostrarse como un político valiente, un hombre de Estado que, a diferencia de Rajoy, ha dado un paso adelante para intentar desatascar la situación actual. Quizá por ello su bancada lo estuvo ovacionando durante todo su discurso. Sus compañeros le aplaudieron hasta en 59 ocasiones, a razón de una ovación cada dos minutos. La primera, de 20 segundos, se la llevó incluso antes de que se abriera la sesión, cuando Sánchez entró en el hemiciclo para tomar asiento.
Puede pensarse que esto es lo habitual en este tipo de citas. Pero la consulta de los diarios de sesiones es ilustrativa: Rajoy se llevó solo 28 aplausos en su sesión de investidura, Zapatero fue ovacionado también en 28 ocasiones en 2008 y solo 8 en 2004, mientras que Aznar tan solo se llevó 2 tandas de aplausos en el año 2000.
La bancada socialista llevó a Sánchez en volandas, sobre todo cuando incidió en su coraje (“mi fracaso hubiera sido rechazar el ofrecimiento del jefe de Estado”, frase aplaudida durante 24 segundos), o cuando se refirió al paso adelante dado con el objetivo de sacar al PP del Ejecutivo, acusando a Pablo Iglesias de estar dejando gobernar a los conservadores (“hasta la peor de las medidas de este acuerdo es mejor que mantener a Rajoy”, con 20 segundos de aplausos). Las ovaciones recibidas, sobre todo la última, en la que su bancada se puso en pie para aplaudirle durante más de un minuto, intentaban transmitir también que en el PSOE hay unidad en torno a Sánchez después de unas semanas en las que los medios han destacado las muchas reticencias que tienen ciertos barones a pactar con Podemos.
El resto de partidos, especialmente el PP, también se sumó a una lucha que estaba siendo retransmitida por las principales televisiones. Nadie perdió la oportunidad de valorar el discurso de Sánchez, quizá por aquello de que los debates se ganan o se pierden tras su finalización. Rafael Hernando, portavoz del PP, soltó unas cuantas de sus sonrisas de disconformidad y luego remató su mensaje en rueda de prensa. La imagen a transmitir era la misma: solo su partido está proponiendo una solución real y lo que está haciendo Sánchez es un mitin que da inicio a una larga carrera electoral. Más reproches. La culpa es tuya y no mía.