21/11/2024
Política

La victoria más amarga de Rajoy

El PP se desploma en votos y en escaños y tiene pocas posibilidades de formar el gobierno estable que promete

AHORA / Jacobo Pedraza - 23/12/2015 - Número 15
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La victoria más amarga de Rajoy
Rajoy con su esposa, la vicepresidenta y Cospedal en el balcón de la sede del PP en Génova. césar manso / afp / getty
El Partido Popular ganó con casi siete puntos de diferencia sobre el PSOE pero se desplomó en votos y en escaños, una caída especialmente notable en Cataluña, Comunidad Valenciana y Madrid (aun así, en estas dos últimas regiones fue el partido más votado).

El PP ganó las elecciones del 20-D con su peor resultado desde 1989. Sus 123 escaños sitúan a Mariano Rajoy como el primer candidato con la obligación de defender su investidura a partir del 13 de enero, cuando se constituirá el nuevo Parlamento, el más fragmentado de la historia democrática en España. Lo hará con 3,6 millones de votos perdidos en una legislatura, casi un millón de votos menos al año. Tiene una ventaja de 33 diputados y más de seis puntos sobre el PSOE, sí, pero el balance de resultados deja a los populares muy

Aznar ya ha pedido ante el comité ejecutivo del PP que se celebre “cuanto antes” un congreso abierto 

lejos de poder formar el “Gobierno estable” que mencionó Rajoy la noche electoral en el balcón de Génova, en un discurso con cierto aire de despedida, por lo que pueda pasar: “He hecho lo que creía bueno para el interés general de España, ha sido nuestra única guía a la hora de gobernar”. Rajoy anunció que iniciará un “proceso de diálogo con otros partidos que comparten la defensa del orden constitucional, la unidad de España y la soberanía nacional para explorar un gobierno que pueda ofrecer la certidumbre necesaria dentro y fuera de España”, y subrayó que el país “no puede permitirse un periodo de indefinición política”.

Todavía no se puede garantizar que los designios del PP y de Rajoy en los próximos meses vayan a ir de la mano. El expresidente José María Aznar ya pidió el lunes ante el comité ejecutivo nacional del partido celebrar “cuanto antes” un congreso abierto del PP (al que él no se presentará). Y a los críticos de Rajoy no les faltan datos con los que argumentar que los populares necesitan un nuevo liderazgo. Se han esfumado 63 escaños y solo se mantiene el número de actas obtenidas en 2011 en dos comunidades, Asturias y Navarra, en las que concurre en coalición con Foro y Unión del Pueblo Navarro, respectivamente. A pesar del hundimiento, el PP sigue siendo la fuerza más votada en 13 regiones, en buena parte por la división del voto de izquierdas entre PSOE y Podemos. Solo en Castilla y León, territorio que ya resistió el envite en las autonómicas, logran los conservadores retener más de la mitad de los asientos en juego, 17 de 32, entre ellos el de Pedro Gómez de la Serna en Segovia, investigado por presunto cobro de comisiones en el extranjero a cambio de mediar en la adjudicación de contratos.

El caso de Galicia es especialmente preocupante para las filas populares porque allí se celebran elecciones autonómicas en 2016. Alberto Núñez Feijóo sabe que necesita reeditar mayoría absoluta para seguir presidiendo la Xunta. Un logro que se antoja complicado a la vista de los resultados de las generales: el PP pierde 5 escaños y 250.000 electores (se queda en 10 diputados), mientras que PSdeG y En Marea (formación que incluye a los nacionalistas de Anova con Xosé Manuel Beiras, a Podemos y a sus candidaturas afines que lograron alcaldías como Ferrol o Santiago) obtienen 6 representantes cada uno, que bastarían para acabar con el dominio popular en una comunidad de especial simbolismo para el PP.
 
En el País Vasco, cuna del compromiso del PP contra el terrorismo etarra y con las víctimas, una parte del partido entendió sus valores socavados el pasado octubre, cuando la entonces líder de la formación en Euskadi, Arantza Quiroga, presentó una iniciativa parlamentaria para desbloquear una comisión sobre libertad y convivencia. Un texto que algunos dirigentes del PP nacional creyeron que reducía su listón ético y suponía una concesión a EH Bildu. La iniciativa fue retirada en 24 horas y Quiroga guardó silencio durante

En Andalucía, donde habían cosechado un éxito sin precedentes en 2011, registran ahora su mayor caída

una semana hasta que dimitió y abandonó la política, pero el daño ya estaba hecho. Rajoy no pisó el País Vasco en campaña, ya que canceló el único acto que tenía programado al coincidir con el funeral de los dos policías asesinados en Afganistán. El PP ha sido la quinta fuerza política de la comunidad, se ha dejado 70.000 votos y no ha podido dar un asiento en el Congreso a dos de los políticos pujantes de la formación: el exalcalde de Vitoria y vicesecretario del partido, Javier Maroto, y el presidente del PP guipuzcoano, Borja Sémper.

Castigo en Cataluña

El de Cataluña era quizá el hundimiento más esperado, aunque no por ello deja de doler pasar de 11 a 5 escaños y perder 700.000 votos. Los votantes castigan la posición de Rajoy frente al independentismo, tema capital en los días previos al inicio de la campaña que luego fue desapareciendo del discurso popular y por el que incluso se pasó de puntillas en el único debate en el que participó el presidente, el cara a cara con Pedro Sánchez.
 
En ese debate Sánchez le dijo que no es “decente” por permitir los escándalos de corrupción que han salpicado al PP y que han tenido que ver en el descenso en votos en la Comunidad Valenciana, Madrid y Baleares. Los populares valencianos han perdido 9 escaños (pasan de 20 a 11) y casi 600.000 papeletas respecto a 2011. En Madrid caen de 19 a 13 y se dejan medio millón de votos, aunque en la distancia que les separa de la segunda formación más votada (Podemos, con 8 parlamentarios y 450.000 votos de diferencia) se intuye un cierto efecto Cifuentes.
 
Pero el mayor desplome del PP en número de escaños es en la comunidad con más diputados en liza: Andalucía. Allí habían cosechado en 2011 un éxito sin precedentes al superar al PSOE con 33 actas frente a las 25 socialistas. Los populares caen 12 escaños, hasta los 21, y aunque ganan en casi todas las grandes ciudades (excepto Huelva), el voto rural sigue siendo patrimonio de Susana Díaz.