Dinero: una cuestión de confianza
El economista Felix Martin traza una historia del dinero en la que explica que la teoría convencional sobre su origen es completamente falsa
Ejemplos de dinero sin dinero
Martin cuenta también cómo en la Ilíada y la Odisea no aparece en ningún momento el dinero. Por supuesto, en ambas obras se producen intercambios de mercancías, pero estos se producen por medio de los saqueos, los regalos o las ceremonias: es decir, sin trueque, pero también sin dinero. Con estas historias y muchas otras, Martin trata de explicar por qué el dinero no es en realidad una mercancía más con la sola peculiaridad de que es aceptada por todo el mundo —en parte, porque es emitida y está respaldada por el Estado—, sino que en realidad es otra cosa enteramente distinta. El dinero es una tecnología social cuya importancia no se basa en el valor que puedan tener pedazos de metal o los mucho más recientes trozos de papel firmados por un alto funcionario que da fe de su valor, sino en algo mucho más complejo: la confianza.
En la Ilíada y la Odisea no aparece en ningún momento el dinero: hay saqueos, regalos y ceremonias
Martin cuenta un ejemplo reciente: en 1970, los bancos irlandeses cerraron por la ruptura de las negociaciones entre la patronal y los representantes laborales sobre las condiciones de trabajo. El gobierno temió lo peor, una caída sin precedentes de la actividad. Sin embargo, eso no sucedió: los ciudadanos empezaron a utilizar billetes emitidos por sí mismos, una hoja de papel que decía de su puño y letra que reconocían la deuda por el valor de la cerveza que se habían tomado, y que el propietario del pub aceptaba porque confiaba en la palabra de su cliente de muchos años. Lo más sorprendente, y la clave de todo esto, es que más tarde el propietario del pub acudía a alguno de sus proveedores y le pagaba con el pagaré recibido de su cliente, que el proveedor aceptaba porque confiaba en el buen juicio del propietario del pub. Así, en Irlanda se creó entonces un sistema monetario alternativo a las monedas y billetes que acuñaba el Banco Central irlandés, un sistema que funcionaba porque los ciudadanos confiaban en la firma de los demás. Cuando los bancos volvieron a abrir muchos meses después, todos esos pagarés se convirtieron en dinero ortodoxo y el sistema económico del país no sufrió mayores daños. Y no lo hizo porque en el fondo el valor del dinero —que en realidad es más una unidad de medida que una mercancía en sí: la expresión “un euro” es equivalente a “un metro” o “un centímetro” porque fija una manera de medir arbitraria pero estándar— no depende de lo que diga un gobierno o siquiera un emisor informal, sino de la confianza con que un ciudadano acepte la palabra de otro y, más crucialmente, un tercero lo haga también. Yo le pago a mi dentista con dinero y este lo acepta porque sabe que el puesto del mercado en el que compra la carne también lo aceptará.
Una historia compleja
La historia que cuenta Dinero es mucho más compleja, rica y asombrosa que estos retazos. El centro del libro consiste en tratar de responder a una pregunta simple pero imposible, “¿qué es el dinero?”, que tiene consecuencias que llegan, por supuesto, hasta la crisis económica que estalló en 2008.En parte se debió, dice Martin, a nuestra deficiente comprensión del dinero y de la idea de que casi todas las cosas que se emprenden lo hacen a crédito, con intermediarios bancarios y con la confianza como punto de partida. Pero todo está interrelacionado: las cuitas de los reyes medievales para empobrecer a sus siervos manipulando el valor de las monedas y el nacimiento de los bancos tal y como los entendemos hoy en la Italia del siglo XVI, la creación del Banco de Inglaterra en el siglo XVII como fruto de una lucha feroz entre los padres del liberalismo y la monarquía, con una mezcla de intereses públicos y privados del que son herederos los bancos centrales modernos. Y también, por traerlo a la España actual, la venta de productos financieros enormemente complejos como las preferentes a clientes ignorantes por parte de comerciales de oficinas bancarias que abusaron de la confianza que se tenía en ellos.El dinero es una tecnología social cuya importancia se basa en algo mucho más complejo: la confianza
El libro de Felix Martin no sostiene tesis enteramente novedosas, pero su talento para exponer pasajes brillantes y elocuentes de la historia del dinero hace de este libro una lectura extraordinaria.
Felix Martin
Traducción de Albino Santos Mosquera
RBA, Barcelona, 2016, 462 págs.