Puntos en común y diferencias insalvables
Pese a las discrepancias, hay áreas en las que Podemos y Ciudadanos pueden entenderse
Entre esos temas inamovibles se sitúa el rechazo explícito a las consultas de autodeterminación. “Oponerse a todo intento de convocar un referéndum con el objetivo de impulsar la autodeterminación de cualquier territorio de España”, reza el acuerdo entre socialistas y Ciudadanos. Primer gran escollo de cara a contar con Podemos, que defiende un modelo plurinacional en el que cada territorio podría decidir unilateralmente su futuro estatus mediante una consulta. Ciudadanos se declara ahora de corte federalista, pero siempre ha dejado claro que el suyo es un federalismo simétrico. “No nos da miedo la etiqueta, siempre que no sea hueca. Nosotros defendemos la igualdad de todos los españoles, sin discriminación por vivir en una u otra comunidad”, sostenía el vicesecretario general José Manuel Villegas tras la reunión entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias de la semana pasada. Aquí cualquier acuerdo entre los dos partidos emergentes se antoja muy complicado. Ciudadanos recela, además, de las conversaciones paralelas entre los líderes catalanes de PSOE y Podemos, Miquel Iceta y Xavier Domènech, por si el PSC pudiera terminar forzando un giro en los socialistas que les acercase a las tesis de Iglesias.
Discrepancias en fiscalidad
También hay un abismo, en palabras de los líderes de los dos partidos, en la política económica en general y en los modelos laboral y fiscal en particular. Otro de los puntos en los que Ciudadanos se opone a modificar el acuerdo con el PSOE es el compromiso con la estabilidad presupuestaria y con la reducción del déficit (tras intentar negociar con Europa) sin que eso implique una subida de impuestos. Tras el desvío revelado la semana pasada, un punto del PIB por encima del objetivo de 2015, Ciudadanos cree que hay que seguir apretándose el cinturón y que no se pueden conceder a Podemos (y aquí sacan el fantasma de un nuevo rescate) más partidas para gasto social, que habría que sacar de nuevas subidas de impuestos. Iglesias propone subir en 28.000 millones los impuestos para gasto social en esta legislatura para revertir los recortes y prestar asistencia a los “perdedores de la crisis”, personas que fueron clase media y ahora están en el umbral de la pobreza. Podemos está dispuesto a ceder algo en esta subida y en el ritmo de reducción de déficit, pero con límites. Si no pueden poner en marcha sus medidas sociales, la esencia de su programa electoral queda erradicada.
Las dos fuerzas emergentes coinciden en las políticas de regeneración pero disienten en economía
Podemos se ha esforzado desde un primer momento en marcar distancias con Ciudadanos en áreas sociales como educación o sanidad. Señalan la diferencia en el discurso, a pesar del pacto alcanzado, entre Sánchez y Rivera a la hora de considerar que se ha de derogar o reformar la LOMCE, la ley educativa del PP. Una distancia que quedó patente esta semana en el pleno del Congreso, donde Ciudadanos solo se abstuvo en la votación de la proposición de ley con la que los socialistas quieren paralizar la aplicación de la LOMCE. En sanidad, desde Podemos se esfuerzan en recordar declaraciones de primeros espadas de la formación naranja a favor del copago farmacéutico, que no se elimina sino que se matiza en el acuerdo PSOE-Ciudadanos. La política antidesahucios también separa a las dos jóvenes formaciones. Podemos considera insuficiente lo pactado entre Sánchez y Rivera, quiere una ley de segunda oportunidad retroactiva y más medios de protección al deudor, aunque aquí también ha cedido en planteamientos como la despenalización del uso de viviendas vacías. Mientras Podemos marca diferencias en lo social, Ciudadanos lo hace en la política internacional y antiterrorista. Critica la no adhesión de Iglesias al pacto antiyihadista, su falta de crítica con el Gobierno de Venezuela o su postura respecto a la Unión Europea.
Puertas giratorias
La esperanza de entendimiento reside en aquello por lo que las dos fuerzas se agrupan en la llamada nueva política. Medidas de regeneración como acabar con los aforamientos y las puertas giratorias. Otras son las de emergencia social como las rentas de ayuda, que tienen un punto medio al que ambos podrían avenirse en el Ingreso Mínimo Vital y el Complemento Salarial Garantizado, incluidos en el acuerdo PSOE-Ciudadanos e inspirados claramente en propuestas planteadas por Podemos. También hay una propuesta de ley de muerte digna y espacios para el acuerdo en materias de conciliación laboral y dependencia. Y buena disposición, aparentemente, en cuanto a la edad de jubilación y la subida del Salario Mínimo Interprofesional por encima de lo dispuesto en el pacto de Ciudadanos con los socialistas.
La buena relación personal entre Iglesias y Rivera puede ayudar a alcanzar el pacto a tres con el PSOE
Los puntos comunes más claros están en la reforma de la Ley Electoral y en la lucha contra la corrupción y el fraude fiscal: Dotar de medios a Hacienda. Controlar a las grandes fortunas. Acabar con los aforamientos y las puertas giratorias. Eliminar los indultos a condenados por corrupción. Endurecer la ley de partidos y extenderla a las fundaciones. Un mayor control del fraude fiscal y de las grandes fortunas. Y más allá de todo, cabe confiar en la buena relación personal entre Iglesias y Rivera, hijos al fin y al cabo de un mismo tiempo, que se caen simpáticos y dialogan con respeto, a pesar de que ambos consideran que tienen diferencias políticas profundas.