La experiencia territorial
Los enfrentamientos entre los partidos de Iglesias y Rivera en los parlamentos autonómicos muestran la complejidad del pacto
Después de las elecciones, en la mayoría de las comunidades la suma de dos partidos permitía comenzar la legislatura. Los socialistas, que quedaron segundos en número total de votos, consiguieron liderar los ejecutivos de siete comunidades gracias a las alianzas, seis de ellas con Podemos. Ciudadanos sirvió para respaldar el nombramiento de cuatro presidentes del PP y una del PSOE. Solo en Aragón, Asturias, Cantabria, Comunidad Valenciana y Baleares se precisaba de la confluencia entre tres para formar gobierno. En ninguna fueron compatibles las formaciones de Iglesias y Rivera. La presencia de una en cualquier fórmula de pacto motivaba inmediatamente el veto de la otra. Los nuevos partidos diseñaron su estrategia de pactos pendientes sobre todo de lo que los expertos llaman la “señal de coalición”, el factor por el que los votantes anticipan a quién puede apoyar cada fuerza política para optar por una papeleta u otra. La estrategia de ambas formaciones pasó por facilitar investiduras sin entrar a formar parte de esos gabinetes.
La geometría variable
Salvado el escollo de la investidura, Sánchez plantea recurrir a la “geometría variable” de Zapatero para legislar peleando el apoyo de unos u otros según el tipo de iniciativa o ley que quiera sacar adelante. Tampoco la experiencia en las asambleas de las comunidades autónomas hace pensar que con esta fórmula tenga el éxito garantizado. Podemos y Ciudadanos coinciden en las votaciones sobre propuestas y reformas en materia de regeneración, pero chocan a la hora de elaborar los presupuestos o iniciativas económicas.
Andalucía
PSOE, Podemos y Ciudadanos han votado conjuntamente a favor de una misma iniciativa una sola vez. El resto han salido adelante por unanimidad o por lo que desde la formación morada llaman el bloque de los “Sociadanos”, PSOE y Ciudadanos, que apoyó la investidura de la candidata Susana Díaz. En Andalucía las fuerzas de la nueva política se enfrentan a diario. En Podemos aseguran que desde la firma del pacto la presidenta andaluza tiene una mayoría absoluta “que ni esperaba”, y que según Jesús Romero sirve para tumbar todo, hasta lo relacionado con la regeneración democrática. Sergio Romero, de Ciudadanos, defiende las diferencias entre ambos y explica que, en el caso de Andalucía, Podemos es aún más radical “por su origen anticapitalista”.
Extremadura
Guillermo Fernández Vara se convirtió en presidente gracias a que Podemos decidió someter al criterio de las bases cualquier decisión que se tomara en la negociación. En este caso, el grupo parlamentario había mostrado su rechazo a permitir la investidura del dirigente socialista, pero los inscritos que participaron en la consulta opinaron lo contrario y la formación acabó votando a favor. Sin embargo, el apoyo de Podemos se ha quedado ahí y Fernández Vara ha tenido que recurrir al PP y a Ciudadanos para aprobar los presupuestos regionales. El portavoz socialista en la Asamblea extremeña, Valentín García, aseguraba, en declaraciones a AHORA, que está siendo una legislatura complicada. Para cada propuesta “hay que emplear mucho tiempo en la búsqueda de mayorías estables”. Sobre el partido de Iglesias opina que “han llegado nuevos, sin experiencia previa, desconfiando y prefiriendo hacer caso a las derechas”.
En ningún gobierno regional o local fueron compatibles Podemos y C’s: la presencia de uno excluía al otro
Del total de iniciativas de otros grupos que ha apoyado Podemos, el 60% son del PP y el 40% del PSOE. Álvaro Jaén, diputado de Podemos, cree que Ciudadanos tiene como objetivo intentar impedir que su partido tenga incidencia en las instituciones. Sin embargo, gracias a los dos, el parlamento va a investigar en comisión dos presuntos escándalos de corrupción que salpican a PP y PSOE y que han intentado vetar.
Asturias
Quizás esta pequeña región es el mejor laboratorio para analizar la fórmula que plantea el líder del PSOE en toda España. Su compañero de filas Javier Fernández consiguió la investidura gracias al apoyo de los cinco diputados de Izquierda Unida y la abstención de Podemos y Ciudadanos. En el parlamento, el gobierno cuenta con el respaldo de 14 diputados y la oposición de 26. La aritmética que le permitió la designación como presidente le impide aprobar las cuentas para 2016, que llevan prorrogadas desde principios de año. “No hay voluntad política de construir”, dice Nicanor García, portavoz de Ciudadanos que también votó en contra del proyecto de ley. “La relación de Podemos con el PSOE es difícil porque lo quiere desgastar, pero también con nosotros”, prosigue el diputado. Dice que es capaz de contar con los dedos de una mano las ocasiones en que las tres fuerzas políticas han conseguido pactar. “Hemos coincidido a la hora de votar sobre listas de espera de la sanidad y en alguna iniciativa más. Pero con esos consensos, ¿se puede pactar?” En Ciudadanos reconocen los puntos en común que tienen con Podemos. Son dos fuerzas de la nueva política, dicen, pero solo con medidas sobre regeneración no se puede gobernar un país, “por mucho esfuerzo que se haga, por mucha voluntad de diálogo o por muy profundo que sea el mestizaje ideológico”.