Peligros para una economía en crecimiento
La recesión europea o la salida de Reino Unido de la UE tendrían un enorme impacto en el país que más crece de la zona euro
Era la estocada final a la economía del tigre celta, que durante casi dos décadas generó un crecimiento espectacular al amparo del ladrillo, del dinero barato y de las multinacionales que acudían a la isla atraídas por los incentivos fiscales y una mano de obra joven, flexible y preparada. También era el comienzo de un periodo de austeridad para miles de familias como la de Tommy, conductor de autobuses urbanos, y Helen Kavannagh, funcionaria, con una hipoteca de casi 500.000 euros por una casa de cuatro habitaciones en un barrio del norte de la capital.
“Nada extraño para una familia típica de clase media”, asegura el progenitor, que celebra que el verano pasado pudieran regresar una semana a la Costa del Sol en plan low cost tras varios años haciendo camping en el oeste del país.
Aunque los Kavannagh se cuentan entre los afortunados que no perdieron sus trabajos o emigraron, se han apretado el cinturón. El programa de ayuda financiera de la UE y el FMI trajo una batería de nuevos impuestos y recortes que han empobrecido a muchos irlandeses.
Las casas valen ahora casi un 50% menos que a principios de 2007 (en el pico del boom de la construcción) y los salarios se han reducido entre un 10% y un 20%. Las ayudas sociales escasean y los servicios públicos, como la sanidad, se han deteriorado o privatizado, al tiempo que la educación superior ha pasado de ser prácticamente gratis a suponer una importante carga para las familias por la introducción de nuevas tasas universitarias.
Se ha beneficiado de las multinacionales y de sus vínculos comerciales con EE.UU. y Reino Unido
Aun así, el Gobierno salido de las pasadas elecciones, de coalición entre conservadores y laboristas, aspira a mantenerse en el poder tras aplicar a rajatabla las condiciones del rescate y abandonarlo con éxito en diciembre de 2013, tras el examen de la troika. Desde entonces, el Ejecutivo del democristiano Enda Kenny ha suavizado la austeridad y se presenta como el único capaz de mantener el rumbo de una recuperación avalada por los indicadores macroeconómicos. De hecho, algunos sectores vuelven a alcanzar niveles similares o superiores a los de la época del tigre celta.
“Somos el país que más creció en la zona euro en 2014 y volveremos a serlo en 2015 y 2016”, explica el economista Alan McQuaid, de Merrion Capital. Las últimas estimaciones del Banco Central Irlandés apuntan a que el PIB creció un 6,6% en 2015, mientras que para este año y el siguiente se prevé una expansión del 4,8% y 4,4%, respectivamente.
La Comisión Europea considera que el PIB irlandés superará a la media del 1,7% y el 1,9% de la zona euro, estima que la inflación se situará en el 0,6% y el 1,4% en 2016 y 2017, respectivamente, y que el Gobierno logrará reducir el déficit público hasta el 1,3% y el 0,8 % durante estos dos años, por debajo de las exigencias de Bruselas. Asimismo, la deuda pública bruta respecto al PIB podría caer del 93,9% al 91,5% en 24 meses —tras superar el 120% hace apenas tres años—, lo que contrasta con el 101,2% y 130,6% previstos en 2016 para España e Italia, respectivamente.Entre los motores del crecimiento, McQuaid destaca “la cuantiosa contribución fiscal” de las multinacionales, a pesar de que el impuesto de sociedades, fijado en el 12,5%, es uno de los más bajos de la UE y los socios comunitarios lo ven como una fuente de competencia desleal.
“La demanda interna ha crecido mucho, la construcción partió prácticamente de cero y ahora se encuentra en su punto más alto en 10 años. También ha aumentado el gasto gubernamental en infraestructuras y la renta disponible de las familias, al tiempo que la confianza del consumidor vuelve a los niveles de hace 15 años porque el paro continúa cayendo”, subraya el economista.
Dublín confía en que el desempleo baje hasta el 8,5% este año y al 7,8% en 2017 tras superar el 15% en 2012, una tasa “no tan alarmante como las de Grecia o España, pero muy significativa para un país que rozó el pleno empleo”, recuerda McQuaid.
“También nos han beneficiado nuestros tradicionales vínculos comerciales con EE.UU. y Reino Unido, dos de las economías que mejor han funcionado en los últimos años en un contexto global de inestabilidad. La fortaleza de sus monedas frente al euro ha impulsado nuestras exportaciones”, añade.
En este sentido, la balanza comercial irlandesa alcanzó en 2015 un superávit de 44.015 millones de euros (casi un 40% más que en 2014), el más alto logrado por este país desde que existen estos registros.
“El gran peligro ahora para una economía tan globalizada como la irlandesa es que Europa ralentice su crecimiento o, incluso, entre de nuevo en recesión, y que la libra británica pierda fuerza respecto al euro ante el Brexit, la posible salida de Reino Unido de la UE, cuyo impacto sería enorme.”
Ante ese panorama, las promesas efectuadas por los partidos irlandeses durante esta campaña serían papel mojado. No obstante, Mairéad Kavannagh confía en que, cuando acabe la carrera de informática, la recuperación económica sea una realidad y gigantes como Google o IBM no se hayan ido de la isla en busca de pastos más verdes.