A dos meses de las elecciones generales, los partidos catalanes parecen haber optado por el psicoanálisis. Salvo Ciutadans y PP y la CUP (que no se presentará), los demás ni siquiera han decidido el cartel. En la derecha, CDC y ERC discuten sobre la viabilidad de repetir la coalición Junts pel Sí, formada para las elecciones catalanas. En la izquierda, ICV y Podemos trabajan en la elaboración de una lista conjunta que cuente, además, con los responsables de Guanyem Barcelona, la agrupación específica de Ada Colau, que no se sumó en las autonómicas. Los socialistas, por su parte, tienen claro que la lista la encabezará Carme Chacón, exministra de Rodríguez Zapatero. Todo lo demás es bruma.
En las conversaciones, CDC ha sugerido la posibilidad de que Oriol Junqueras, líder de ERC, fuera el cabeza de lista para el Congreso de la candidatura conjunta. Un dirigente del partido republicano interpretó así la oferta: “Lo quieren a 600 kilómetros y hablando en castellano”. Junqueras no se ha mostrado favorable a la propuesta y ERC cree que quien debería encabezar la candidatura, si finalmente hay acuerdo, es Joan Tardà.
La dirección de ICV se reunió el pasado fin de semana para analizar las perspectivas. No hubo lamentos ni reproches por los malos resultados del 27-S y sí buena disposición a repetir la fórmula de las municipales. Una voluntad en la que destacaron Esquerra Unida i Alternativa (EUiA), la formación más afín a lo que representa en el resto de España Alberto Garzón, y los sectores menos nacionalistas de ICV. Coinciden también los dirigentes de otras formaciones, sobre todo de Podemos, tras la dimisión de Gemma Ubasart, su máxima dirigente en Cataluña. Además de Podemos e ICV-EUiA, formaron parte de Barcelona en Comú Equo, Procés Constituent y Guanyem Barcelona. El pacto podría comportar que alguno de los concejales de Guanyem Barcelona —la formación de Ada Colau— abandonara el cargo en el consistorio para acudir al Congreso.
Atraer el voto de la CUP
Los promotores de esta candidatura creen que la unidad tendría, en esta ocasión, una capacidad movilizadora que les permitiría recuperar los votos perdidos en las autonómicas, además de recoger los de la CUP que difícilmente irían a una ERC asociada a Convergència.
La perspectiva de los socialistas es diferente. El PSC ha recuperado la figura de Carme Chacón para encabezar la candidatura. Chacón no ha tenido nunca veleidades nacionalistas, de modo que puede competir en ese campo con Ciudadanos. El problema es que ha exigido libertad para formar sus listas y dejar fuera a Pere Navarro, anterior primer secretario del PSC, una petición que no ha sentado bien en el partido, pese a estar compensada con la inclusión del hasta ahora senador Carles Martí, hombre fuerte del aparato en Barcelona.
Un sector importante del PSC quiere que Pere Navarro esté en el Congreso, entre otros motivos por si Chacón (que no hizo campaña en las autonómicas) abandona a media legislatura. Tampoco provoca entusiasmo la figura de Carles Martí, que fue el teniente de alcalde que apostó por el referéndum sobre la reforma de la Diagonal. La consulta la perdió Jordi Hereu (último alcalde socialista en Barcelona) y dio paso a un gobierno de CiU. Los hay incluso que se preguntan si Chacón debía encabezar las listas en una campaña en la que la renovación parece ser un denominador común.
Esto por lo que se refiere al Congreso. En el Senado las cosas podrían ser más sencillas. Hasta ahora la izquierda había concurrido unida bajo la fórmula de la Entesa. “Si durante cuatro años ha funcionado bien, no hay serios motivos para revisarla más allá de lo imprescindible”, señaló un portavoz oficial del PSC. Pero hay cosas imprescindibles. Hace cuatro años formaban parte de la Entesa los partidos que se reconocían de izquierdas, PSC e ICV, porque ERC dejó la coalición en 2011. Todo apunta ahora a que podría incorporarse Podemos y a que se formase una nueva Entesa con los socialistas e ICV y los aliados de este partido en Barcelona en Comú. Esta fórmula cuenta con el apoyo de organizaciones sociales no partidistas como Federalistes d’Esquerres, que han hecho llegar a los partidos sus simpatías por una candidatura de este tipo que podría denominarse, sugieren, Entesa Federal, para poner en evidencia que hay otras vías al margen del unionismo de PP y Ciudadanos y del independentismo de CDC y ERC.