La izquierda puede arrebatar al PP su bastión gallego
Aún se desconoce si Núñez Feijóo repetirá como candidato en las elecciones que cambiarán el escenario político en Galicia
Hay que tener en cuenta que extrapolar resultados de unas votaciones a otras no es más que pura ficción, porque cada elección tiene sus propias características y las razones que llevan a los electores a votar a un partido u otro en cada convocatoria varían en función de si está en juego el gobierno local, el autonómico o el de España. Pero hacer ese cálculo puede ayudar a entender cómo afrontan los partidos políticos ese nuevo escrutinio ciudadano. Hasta el momento, ninguno de ellos ha designado todavía a sus candidatos y todos son conscientes de que se trasladarán a Galicia los cambios que se están produciendo en la política española y que, por tanto, los próximos comicios pueden cambiar el panorama político gallego.
A la espera de Feijóo
Los conservadores gallegos todavía no saben si el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, repetirá como cabeza de lista del PP. “Me doy entre un mes y un mes y medio para decidir qué hacer”, aseguraba en sendas entrevistas a La Voz de Galicia y El Mundo el pasado 7 de febrero.
El actual presidente de la Xunta podría estar reservándose para sustituir a Rajoy en el liderazgo del PP
Por ahora el secretismo es total. “Feijóo es un hombre que dice las cosas en el último momento”, defienden fuentes de la dirección gallega, que no ocultan que su decisión dependerá de la posibilidad de que sea reclamado para sustituir a Mariano Rajoy, cada día más cuestionado en el liderazgo del PP español. “Feijóo es el mejor candidato que puede tener el PPdeG”, suelen asegurar los cargos del partido una y otra vez. Y creen que con él el PP puede recuperar parte del voto que perdió en Galicia el 20-D y que fue a parar a Ciudadanos. “Feijóo tiene mejor imagen que Rajoy”, constata un diputado autonómico. Por eso, el presidente de la Xunta está en todas las quinielas para sustituir al de Pontevedra al frente del PP español. Una carrera para la que se ha autodescartado si Rajoy quiere seguir al frente del partido. “Soy leal. Si Rajoy decide repetir, le apoyaré”, respondía en la entrevista de El Mundo.
Los conservadores gallegos se encuentran además inmersos en un proceso de renovación interna que arrancará con los congresos provinciales de marzo. Se espera que el futuro de Feijóo se despeje antes del congreso autonómico del partido, que por primera vez se celebrará antes de las elecciones.
Un partido con problemas
Los socialistas gallegos están tocados. Si en mayo del pasado año se vieron sobrepasados por las candidaturas de confluencia municipales —las mareas— en algunos de los principales ayuntamientos gallegos, como A Coruña, Santiago y Ferrol, en las generales perdieron la segunda posición, que les arrebató en En Marea.
Además, su secretario general, José Ramón Gómez Besteiro, está imputado por presuntos delitos urbanísticos en su época como concejal en Lugo. Ciudadanos, en sus negociaciones con el PSOE para la investidura de Pedro Sánchez, puso como condición que los imputados sean apartados de sus cargos, algo que afectaría a Besteiro y al actual alcalde de Vigo y exministro, Abel Caballero, imputado en la operación Patos. “Hay una posición mayoritaria en el PSdeG de los que creen que Besteiro no debe ser candidato en esta situación”, aseguran fuentes de ese partido.
“El listón ético no nos lo tiene que poner Ciudadanos, nos lo tenemos que poner nosotros. Él debería ser el primero en renunciar.” Estas mismas fuentes afirman que hay “compañeros trabajando en una candidatura alternativa a la del secretario general, con varios nombres sobre la mesa”, entre ellos el del exministro de Justicia en el gobierno de Zapatero, Francisco Caamaño.
Capeando la resaca
La candidatura de confluencia auspiciada por Anova, Esquerda Unida (la marca de IU en Galicia), Podemos y las candidaturas municipalistas sufrió su primer revés cuando se vio truncado uno de los ejes de su campaña, la configuración de un grupo parlamentario gallego en el Congreso. Quedaron dentro del grupo de Podemos a cambio de mantener cierta autonomía.
Precisamente el partido que lidera Pablo Iglesias es el que más problemas tiene en estos momentos en Galicia. Su secretario general, Breogán Riobóo, mostró dudas con respecto a repetir la fórmula electoral de la confluencia en las próximas autonómicas. El roce con la dirección estatal del partido, partidaria de mantener la alianza, desembocó en la constitución de una gestora, una medida que Riobóo ha criticado con dureza. Mientras, son las mareas municipalistas las que llevan la voz cantante. Este fin de semana celebran un encuentro en Ourense para empezar a construir un espacio de unidad. Ya cuentan con un proyecto de código ético y un modelo de primarias.
El partido de Albert Rivera es una organización sin referentes en Galicia. Pese a haber conseguido un diputado el 20-D, la campaña fue “un completo desastre”, como reconocen fuentes del partido: candidatos que no respondían a los medios, propuestas que llegarían “después de las elecciones” y la cancelación por parte de Rivera de su único mitin previsto en Galicia.
En Ciudadanos “está todo por hacer”, desde una estructura orgánica hasta una lista, pasando por la selección de un candidato. En esta ocasión no contarán con el tirón de Albert Rivera, un líder bregado en el Parlament de Catalunya y las tertulias televisivas, y tendrán que esforzarse mucho para poder mantener los resultados cosechados en Galicia en las generales.
En busca del ave fénix
Los nacionalistas, sin representación en el Congreso de los Diputados por primera vez en 20 años y que en 2012 fueron cuarta fuerza en el Parlamento de Galicia, se han puesto manos a la obra para resurgir de sus cenizas. La formación, que en su día lideró Xosé Manuel Beiras (quien en 2012 capitaneó la escisión que daría lugar a Anova, germen de AGE y En Marea), celebraba la semana pasada su asamblea nacional, en la que ha renovado sus órganos de dirección.
El PSdeG busca candidato porque tiene a su líder imputado y el BNG puede quedarse sin representación
Ana Pontón será quien ostente la portavocía nacional del partido. Por primera vez este cargo recae en una mujer y militante de la Unión do Povo Galego (UPG, partido mayoritario en el proyecto frentista). El BNG ha aprobado además que ya no sea incompatible ejercer este cargo y el de candidato a la presidencia de la Xunta de Galicia, algo que hasta ahora prohibían sus normas internas, lo que sitúa a Pontón como favorita para encabezar las listas en las futuras autonómicas.
Las tesis de los oficialistas, que propugnaban una “refundación” del frente (que en estos momentos solo cuenta con dos partidos, la UPG y el Movemento Galego ao Socialismo) pero sin caminar hacia un espacio de confluencia mayor que pudiese incluir a Podemos y Esquerda Unida, se han impuesto en esta asamblea nacional. El proceso, al que están invitados a participar colectivos y personas a título individual “nacionalistas, galeguistas e independentistas”, durará un año y desembocará en la celebración de una nueva asamblea nacional extraordinaria.
Por el camino se han quedado aquellos que apostaban por un nuevo modelo que acabase con el poder de los partidos dentro del BNG y explorase nuevas vías para la construcción de una candidatura más amplia. Esta victoria ya ha supuesto que Carlos Aymerich, exdiputado en el Congreso, exportavoz parlamentario en Galicia y líder de la corriente crítica Abrente, haya anunciado su baja del partido.