El Parlamento catalán reta al Constitucional
Junts pel Sí (CDC y ERC) se entrega a la CUP y agrupa a la oposición y profundiza el frentismo
El Parlamento catalán se ha echado al monte, eso sí, provisto de una buena manta, por si acaso cambia el tiempo y le da por refrescar. La mayoría que componen Junts pel Sí y la CUP aprobó un texto a favor de las leyes de desconexión a pesar de las advertencias del Tribunal Constitucional. Para hacerlo, previamente buscó amparo jurídico: la Mesa de la Cámara no llevó el texto al pleno, sino que admitió su votación una vez lo solicitaron dos grupos de la misma. De ese modo, al menos en apariencia, no vulnera la orden del Tribunal de no persistir en sus actuaciones secesionistas. Si hay que ir al martirio, se va, pero mejor con una coartada que evite problemas. Es la misma actitud vergonzante adoptada por Artur Mas respecto a la consulta del 9 de noviembre: admitió ser responsable ante los micrófonos de TV3, pero lo negó ante los jueces. En este caso, la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, adujo que el pleno es soberano y, por tanto, no es la Mesa de la Cámara la responsable de la decisión. La Mesa, aseguró tras una bronca monumental con la oposición, solo ordena el debate.
Caldear el ambiente
El texto aprobado por el Parlament el pasado miércoles es, sobre todo, una declaración de intenciones sin efectos legislativos, pero sí tiene repercusiones propagandísticas. Busca caldear el ambiente para reactivar a quienes se hayan sentido decepcionados porque en lo que va de legislatura el Ejecutivo de Carles Puigdemont no ha hecho prácticamente nada. Y, ya de paso, da argumentos a la CUP para adoptar una actitud más amistosa de cara a la cuestión de confianza que se debatirá el próximo 28 de septiembre. Después de las manifestaciones de la Diada y no antes, como pretendía Esquerra Republicana. Servirá, eso sí, para dar paso a una “asamblea constituyente” que abra la vía a la desconexión con España. Una asamblea que, en el mejor de los casos, estará formada por una única parte de la ciudadanía. La oposición ha decidido no participar en lo que creen una clara ruptura de la legalidad.
Los secesionistas tratan de recuperar lo perdido estos meses por sus diferencias y su falta de actuación
Y es que la tramitación de los textos en el Parlament tiene una segunda consecuencia que puso de relieve Joan Coscubiela, portavoz de Catalunya Sí que es Pot (CSQP): profundiza el frentismo y la división en el interior de Cataluña. Junts pel Sí se entrega decididamente a las exigencias de la CUP al tiempo que agrupa a la oposición. La actitud de unos y otros, sin embargo, fue diferente. CSQP votó en contra de la resolución, el PSC se inhibió, mientras que PP y Ciudadanos se ausentaron de la sala. Todos expresaron su rechazo tanto al contenido de los textos como a la forma subrepticia de llevarlos a discusión, que Inés Arrimadas, en nombre de Ciudadanos, calificó de un claro “fraude de ley”.
El secesionismo trata estos días de recuperar con gestos lo que ha perdido en los últimos meses por su falta de actuación y las evidentes diferencias que hay entre los tres partidos que forman el bloque independentista. Para ello, y como es también habitual, ha echado mano de la Asamblea Nacional Catalana, que ha promovido una actuación destinada supuestamente a denunciar los ataques del Gobierno central contra la sanidad en Cataluña. Para ello instaló unos centenares de cruces que remedaban un cementerio en la plaza mayor de Vic. El punto de partida eran las alusiones a la laminación de la sanidad hechas por Daniel de Alfonso en su conversación grabada con Jorge Fernández Díaz. De Alfonso no se refería a los recortes en sanidad de los gobiernos presididos por Artur Mas, sino a que se había puesto el foco sobre los negocios nada claros de ese mismo gobierno con empresarios afines. Pero en la publicidad casi todo está permitido.
Aprobar los presupuestos
El acercamiento de Junts pel Sí, y más específicamente del Partit Demòcrata Català, a la CUP pretende tanto conseguir el apoyo a la cuestión de confianza de Puigdemont como garantizar los votos de los anticapitalistas a los presupuestos de 2017. Al mismo tiempo, el gesto sirve para mostrar su capacidad de competir con Esquerra Republicana. En la sesión parlamentaria, sin embargo, el portavoz de JpS, Jordi Turull, recuperó el habla para atacar a Catalunya Sí que es Pot con expresiones poco usuales en el Parlament: “Ustedes, mucho puño alzado, mucha pancarta, pero a la hora de la verdad, mucha cagalera”. Turull, uno de los hombres de confianza de Artur Mas, aspiraba a ser coordinador de la nueva formación, pero fue barrido por los nuevos dirigentes, aunque se mantiene como portavoz parlamentario de Junts pel Sí. Anna Gabriel, en nombre de la CUP, tampoco ahorró críticas a los asociados a Podemos, a los que acusó de “escudarse en una legalidad heredada de la dictadura franquista”.
La decisión es, claramente, una actitud de desafío al Tribunal Constitucional en nombre de la soberanía del pueblo catalán representada por su Parlamento, según insistieron tanto los diputados de la CUP como los de Junts pel Sí. Y por si hubiera dudas, Gabriel se encargó de despejarlas: “Por la independencia, no tenemos miedo”.