Eudald Carbonell (Girona, 1953) es prehistoriador, arqueólogo, paleoantropólogo y geólogo, catedrático de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona e investigador del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social y codirector de Atapuerca.
Eudald Carbonell es uno de los tres codirectotes del yacimiento en la Sierra de Atapuerca, director de las excavaciones del Abrigo de Capellades. Sus ideas y sus publicaciones son hoy imprescindibles para comprender la evolución humana.
Hace millones de años un primate se bajó del árbol y empezó la carrera hacia la humanidad. Pero por lo que se discute en París estos días, se diría que somos una plaga.
Somos una singularidad en el espacio y en el tiempo, un epifenómeno inexplicable por la enorme complejidad de las sucesivas adaptaciones. Y lo que es poco explicable también es poco controlable. Nuestro efecto sobre el medio ha sido voraz y hoy, es verdad, constatamos que afectamos a la termodinámica del planeta.
En los años 60 hubo un consenso para definir el humano como “un animal capaz de fabricar herramientas”. Pero Jane Goodall demostró que los chimpancés se fabrican palitos para cazar y comer hormigas y termitas. Así que o aceptamos a los chimpancés como humanos o cambiamos la definición de humanidad.
Muchos animales se fabrican herramientas, pero solo los humanos se fabrican herramientas para fabricar herramientas. Aquí tienes una buena nueva definición. Se basa en la necesidad de toda una cadena operativa para prolongar exosomáticamente las prestaciones de la mano y modificar así el entorno para sobrevivir. Esta especie de redundancia marca la diferencia entre las herramientas que puedan producir otros mamíferos, aves o insectos y las herramientas que fabrica el género
Homo. Aquí arranca un proceso exponencial que nunca han tenido otros animales. El primer paso de gigante es la socialización entre humanos gracias precisamente a las herramientas.
De ahí quizá la fascinación que algunos tenemos por las ferreterías…
Buenos, somos muchos, sí. Tengo un colega que lo primero que hace cuando llega a una ciudad es ir a visitar ferreterías, como si fueran museos.
El ‘Homo habilis’ le debe su nombre a su capacidad para fabricar útiles, pero hoy sabemos que son bastante más antiguos.
Las herramientas más antiguas se acaban de encontrar en Kenia y están sobre los 3,5 millones de años de antigüedad. Además, tengo noticias de útiles de 4 millones de años encontradas en el Rif. Las herramientas probablemente ni siquiera sean específicas del género
Homo, aunque sí es el género que ha perseverado con ellas.
El libro de Desmond Morris El mono desnudo (1967) arranca con un párrafo genial sobre un primate que decide bajar del árbol ante el avance de la sabana. Los que bajaron del árbol dieron paso a la humanidad y los que se quedaron en los árboles aún están en los árboles…
El comentario es magnífico porque define el punto exacto de la bifurcación. Quizá fuera en ese preciso lugar y momento. Fue un primate capaz de desafiar sus propios límites en un
“No hay colectivo humano que no haga música. Es un universal como el fuego o la herramienta”
entorno hostil. Tuvo que cambiar la dieta, hacerse generalista y omnívoro, convertirse en depredador y recolector.... Imagínate un antecesor de un metro y pocos kilos frente a un león o un búfalo. Y otro factor determinante: a parte de las herramientas lo decisivo fue su capacidad de socialización, seguramente algo tan innato como lo fue luego el lenguaje.
Hay otros héroes así. Por ejemplo, el minero de turquesas del Sinaí que inventó el alfabeto. No puedo dejar de fantasear con la idea de que el héroe que bajó del árbol para iniciar la carrera de la humanidad fue un individuo concreto sin el cual la historia hubiera sido otra. Seguramente es la idea más trascendente de toda la historia de la humanidad.
Estoy de acuerdo contigo, pero fíjate que en ambos casos es gracias a que, previamente, se ha alcanzado ya un alto grado de socialización. Ocurre con todos los grandes logros de la carrera hacia la humanidad: bipedismo, herramientas, fuego, conocimiento simbólico, arte, agricultura…
El fuego realimenta esa sociabilidad…
El fuego es la universidad, la academia. El fuego se ha relacionado con muchas revoluciones: seguridad, cocinar alimentos, temple de herramientas, etc. Pero lo más importante es que aumentó el tiempo de conversación y, por lo tanto, supuso también un gran salto en la sociabilidad. Ahí empieza el conocimiento colectivo. El fuego impulsó la complejidad y sofisticación del lenguaje. Hace 400.000 años el
Homo erectus ya había socializado el fuego.
Para autores como Yuval Harari la agricultura no fue una buena idea.
Creo que tiene razón. Con la agricultura empiezan el hambre y las enfermedades. Pero también es verdad que sin sus excedentes la complejidad humana no se hubiera disparado.
Hace unos años David Lordkipanidze, el director del Museo Nacional de Georgia, me regaló un hacha antiquísima. Procedía del yacimiento de Dmanisi y se atribuye al Homo georgicus, una transición entre el habilis y el erectus. Descubrí que encajaba perfectamente en la mano derecha, pero que ni siquiera se podía sostener con la izquierda…
Algo parecido se ha publicado sobre las hachas bifaces de Atapuerca. La conclusión es que había más diestros que zurdos. Hemos hecho estudios sobre los sonidos que debían producir mientras se tallaba un instrumento de piedra. También eran instrumentos musicales, claro. El origen de la música está en la percusión de un taller de industria lítica, seguro. Se puede escribir la partitura de la construcción de una herramienta: golpes por un lado, media vuelta, ahora golpes por el otro, ritmo y sincronía entre golpes de varios operarios… No suena igual un
chopper que un bifaz. Empezó de forma espontánea, pero seguro que llegó el día en el que la herramienta ya estaba terminada y el operario siguió percutiendo porque ¡ya había pasado a hacer música! De nuevo la socialización: no hay colectivo humano que no haga música. Es un universal como lo son el fuego o la herramienta.
Otra gran adquisición fue la del sentido estético. Henry de Lumley mostró en una conferencia un hacha bifaz de Homo erectus al tiempo que dejaba estupefacta a la sala diciendo: “Aprecien ustedes su refinado sentido estético”. Tenía razón, el hacha bifaz era obsesionadamente simétrica, y no por eso era mejor herramienta. ¿Crees también que la estética precede al conocimiento simbólico?
Apreciar la belleza es para mí un rasgo más etológico que cultural. Esta capacidad está impresa en nuestra esencia más ancestral y aflora cuando el cerebro se hace complejo. No es una adquisición. Los animales también tienen sentido estético.
Ante una pintura rupestre uno se pregunta para qué pintaban. ¿Para rodearse de belleza, para dejar un testimonio, por razones espirituales o religiosas, para dignificar un lugar, por amor al arte? ¿Por todo a la vez?
Todo empieza hace unos 400.000 años con ciertos grabados geométricos. El arte en sentido amplio es anterior al sapiens, quizá de los últimos
Homo erectus. Luego vienen las esculturas de Venus, es decir se pasa al 3D y a pinturas abstractas de neandertales. Los primeros que socializan el arte son de nuevo los sapiens. Se convierte ya en un lenguaje común de una
“El alfabeto es el ejemplo más claro de cómo construir algo con un número limitado de elementos”
especie. Hablo de lenguaje, no de comunicación, es decir: morfemas con capacidad sintáctica. El alfabeto es el ejemplo más claro de cómo construir cualquier cosa con un número limitado de elementos. ¿Por qué pintaban? Hay muchas teorías diferentes: teorías estéticas, mágicas, de magia simpática, rituales, etc. Creo que no tiene por qué haber una sola teoría y que las razones pueden variar de una época a otra y de un lugar a otro. Recuerdo que visitando unas cuevas con unos aborígenes australianos pregunté por el significado de unas pinturas y un abuelo respondió: “Eso lo pintó mi padre para señalar los lugares donde se podía encontrar agua”. No se le puede dar un solo sentido a algo tan complejo y tan disperso. Todas estas interpretaciones tienen más que ver con las modas en boga que con su auténtico significado. En
Altamira, por ejemplo, el mayor interés era por los bisontes. Seguramente eran cazadores de bisontes y estaban explicando su mundo. Su nicho económico, cultural, ecológico y psicológico era el de los bisontes. Era su obsesión. Representaban aquello en lo que pensaban durante todo el día. Era el mundo que veían, que olían, que respiraban…
…que deseaban. En el fondo, es una razón espiritual: pinto el mundo que deseo para que lo vean los espíritus, no sea que estos lo vean y les vaya bien ayudarme. En las pinturas de Chauvet, que son mucho más antiguas, el realismo y la diversidad es aún mayor. Se ven magníficos leones. Es un mundo más difícil de captar, pero lo más curioso es que no se representa lo dañino, solo cosas bellas, buenas y agradables.
Es verdad, incluso los felinos aparecen serenos y acariciándose entre sí. No están cazando o en actitud agresiva. Aquellos humanos no los veían como depredadores sino como parte de su mundo, como lo son también el caballo o el bisonte. Eran buenos ecólogos y buenos ecologistas. En cuanto a su realismo, es curioso, sí: la figuración realista es posterior, y quizá consecuencia de un esquematismo geométrico y abstracto más antiguo.
Lo contrario de lo que ha ocurrido luego en la historia de la pintura… Volvamos a la humanidad el Homo antecesor encontrado en Atapuerca. Es una especie europea, mientras que los Homo sapiens somos una especie invasora.
Cada día estamos más seguros de que el
Homo antecesor fue una rama perdida de la evolución europea. Tú y yo somos africanos salpimentados con un poco de neandertal, que también era europeo. La genética aún dará mucho que hablar. Ya se ha secuenciado ADN de un caballo congelado de hace 700.000 años y en la
Sima de los Huesos estamos secuenciando ADN del
Homo heidelbergensis. Con el
Homo antecesor es más difícil.
Sostenéis, aunque no todo el mundo está de acuerdo, que la Sima de los Huesos es el primer cementerio, el primer rito mortuorio conocido, y no una simple acumulación accidental de huesos.
Hay un individuo muerto por traumatismo que fue introducido en el fondo del pozo a los pocos minutos. En caso contrario, los depredadores se lo habrían comido. Pero la intención no era solo proteger el cuerpo, estamos convencidos de que también eran conscientes de la muerte y de que había un rito involucrado. Además hay una hermosísima bifaz bicolor que jamás fue utilizada. Seguramente es un objeto ritual.
Otra conclusión discutible procede de Georgia, donde una mandíbula sin dientes fue interpretada como una prueba de solidaridad. El argumento es que si alguien no le masticaba la comida no habría sobrevivido. Sin embargo, mi dentista asegura que se puede comer un entrecot masticando solo con las encías…
Tienes razón. Incluso se han encontrado tigres que han sobrevivido sin dientes. Pero también es cierto que es imposible sobrevivir en ambientes de fuerte presión selectiva sin un grado importante de socialización.
Eso coincide con una de las teorías de cómo el neandertal (que era más fuerte físicamente) sucumbió ante el sapiens. Al parecer, el segundo socializaba en grupos muy numerosos, mientras que los colectivos de neandertales apenas superaban los 15 individuos.
En
el yacimiento neandertal de Capellades hemos comprobado que los grupos eran siempre de más de 6 pero de menos de 12. Luego estaban los clanes, que podían reunir entre 20 y 30 de estos grupos y que tenían una unidad de lenguaje.
¿El sapiens se impuso porque su lenguaje le permitió socializar grupos mucho más grandes? Con los problemas de racismo que tenemos siendo todos de la misma especie cuesta imaginar lo que ocurriría si en el planeta convivieran dos especies distintas.
Eso pudo influir, desde luego, pero creo que su desaparición se debió a un proceso de fusión. En algunos espacios se ramificaron primero y se fusionaron después, las dos cosas. Aunque es un caso muy distinto, porque se trata de una sola especie. El proceso se parece a los europeos colonizando el continente americano.