Señor líder de los republicanos en el Congreso de Washington, honra merece el anuncio de su deserción y su negativa a hacer campaña a favor del energúmeno de Donald Trump. Así se confirma su condición de referente ideológico e intelectual del partido. Cualquier punto de tangencia con el todavía candidato a las elecciones presidenciales prestaría aval a un indeseable de extremada peligrosidad. Veremos si la proximidad a Trump merece la repulsa de los electores en las urnas para la Cámara y el Senado y nos hace recobrar el crédito en el pueblo de Estados Unidos.