Señoría, las esperanzas cortesanas prisiones son do el ambicioso muere y el ejercicio de pensar por libre, la idea de que el debate es enriquecedor, termina donde empiezan las necesidades de la disciplina y la adhesión inquebrantable al jefe, en este caso Pablo Manuel, a merced del cual todos deben estar porque es el líder quien con la manifestación de sus preferencias y de sus aversiones marca la senda, él es el camino, la verdad y la vida y quien no recoge con él desparrama. Los partidos nuevos siguen sometidos a la ley de la gravedad, de las ambiciones y de los antagonismos. Veremos.