Las respuestas de Europa
Aun así, la UE sigue siendo un proyecto y un espacio privilegiado que hay que defender con determinación. Todas estas crisis tienen respuesta, todas son abordables. Bajo la condición de que se afronten en común, con respuestas europeas globales y no con parches nacionales. En la UE hace tiempo que se ha roto el pacto que garantizaba un modelo social. Una gran parte de sus ciudadanos se siente desprotegida frente a los retos que vienen del mundo global, y ante la falta de respuestas europeas se refugian en el ámbito nacional. Doble error, porque no hay respuestas nacionales a esos retos y porque son sus estados los que frenan las respuestas europeas.
Por supuesto que necesitamos preservar nuestra democracia, una seguridad y defensa comunes, fortalecernos como actor global, invertir para innovar y cambiar el modelo productivo, reparar los fallos del euro, reformas para gobernarnos más eficazmente. Pero la clave final reside en nuestra capacidad para poner en pie una Unión Social y Fiscal que mejore la vida de los europeos y refuerce su legitimidad. O somos beneficiarios de un mismo sistema de bienes y libertades o estarán en riesgo los objetivos de la UE: una economía abierta, con un modelo social, en un espacio democrático, solidario con sus ciudadanos y sus territorios, garante todo ello de la paz.