Jorge Semprún se despide de ustedes
Ejercicios de supervivencia es un libro póstumo, planteado como una serie, en el que el escritor y político habla por primera vez de la tortura
En 1963 Semprún estaba a punto de cumplir los 40 y el éxito literario le salvó: se estaba “divorciando” del Partido Comunista Español y tenía que reinventarse rápidamente para salir a flote. Casi milagrosamente, se forjó una vida como escritor y su carrera resistió, con éxito, hasta su muerte, el 7 de junio de 2011. Ejercicios de supervivencia, que apareció en Gallimard a finales de 2012, es un libro corto pero contundente que Jorge Semprún empezó a escribir cuando estaba ya enfermo. Es un texto incompleto pero cuidado. A pesar de la enfermedad, corrigió cada línea a mano.
Una vida irrepetible
La juventud de Semprún, y de sus seis hermanos, no fue fácil. Su adorada madre murió muy joven, el padre se casó con la temible Fräulein de los niños y en 1936 empezó la Guerra Civil española y se exiliaron todos en Francia, donde estaban cuando estalló la Segunda Guerra Mundial. “Interesting times”, como bien decía el historiador Eric Hobsbawm. Jorge Semprún tenía 8 años cuando su madre se murió, 13 cuando la familia dejó España. Los posibles apoyos afectivos y económicos con los que contaba de pequeño se habían esfumado. Pero tenía una baza importante: era un alumno brillante de Filosofía, aunque no veía cómo seguir sus estudios universitarios porque no tenía ni para comer.
También era aventurero. A los 19 años fue reclutado por el grupo resistente Jean-Marie Action, que formaba parte de la organización resistente Main-d’oeuvre Immigré (MOI). Su misión principal consistía en recoger las armas que se lanzaban en paracaídas durante la noche, que se utilizaban para sabotear comunicaciones, canales y líneas ferroviarias.
Es un texto corto pero contundente que empezó a escribir cuando estaba ya enfermo
Su grupo fue delatado y Semprún fue detenido varios meses por la Gestapo en Auxerre, Francia, antes de ser deportado al campo de Buchenwald, donde permaneció desde enero de 1944 hasta la liberación aliada del campo en abril de 1945. La deportación redefinió su pasado y su futuro. Semprún era muy dado a volver sobre los mismos temas, explorándolos desde distintos puntos de vista, y Buchenwald es la materia clave de toda su obra. Pero si se creía que ya sabíamos todo sobre su vida, estábamos equivocados.
La última revelación
La edición francesa de Ejercicios de estilo iba precedida de un prólogo de Régis Debray y una advertencia del editor que no se ha incluido en la edición española. En la versión francesa, Jorge Semprún le habla al director de cine Franck Apprederis del proyecto que tiene entre manos: “Este libro está pensado como una serie. Podría haber uno, dos, tres, cuatro, los volúmenes que hagan falta, todos con el mismo título: Exercices de survie… La primera parte ya está casi lista, y se centra en la experiencia de la Resistencia, y la juventud. El tema articulado es uno del que he hablado muy poco, y que abordo ahora tanto desde la experiencia vivida como desde la reflexión: se trata de la tortura”.
Para el lector, Ejercicios de supervivencia es un poco como una conversación con el abuelo que está en el lecho de muerte y que dice: “Ven, hay algo que nunca te he contado”. Una declaración que intriga, pero a la vez asusta. Sobre todo cuando lo que se va a contar por primera vez es la experiencia de la tortura. Pero Semprún, que paradójicamente era prolífico pero reservado, autobiográfico pero púdico, habla de la tortura con detalle, pero con frialdad analítica. Su voz narrativa nunca se excita, ni explota las emociones. Al contrario, mantiene la firmeza imperturbable del personaje de Humphrey Bogart en Casablanca. Como señala Vargas Llosa en el prólogo de la edición española: “Aunque el libro de Semprún evoque el más espantoso de los temas —la tortura—uno termina de leerlo sin caer en la desesperanza”.
Semprún mantiene que sobrevivir a la tortura y aferrarse al silencio le conectaron más al mundo
Ejercicios de supervivencia, fiel al estilo de Semprún, carece de autocompasión. Aparecen las porras, el dolor que producían, y otros instrumentos y técnicas usadas por los alemanes. Sale el torturador jefe: el Dr. Haas, con sus inolvidables dientes dorados, que le dan un aire de malo de cine. Siempre hay contrapuntos en la escritura de Semprún, así que en el jardín de la casa/prisión donde le torturan hay rosas en flor. Habla del dolor, de la humillación, pero su interpretación de la tortura se centra en lo que es, para él, un significado transcendental: la fraternidad. Aguantar significaba no hablar, y el silencio protegía a los demás camaradas.
De alguna forma, pretende dejar una interpretación positiva, y heroica, de la tortura. Se opone a la conclusión de otros, como la del ensayista Jean Améry —superviviente de los campos Buchenwald, Auschwitz y Bergen-Belsen—, que sostenía que es imposible vivir en el mundo tras ser torturado.
Semprún mantiene que sobrevivir a la tortura, aferrarse al silencio, le conectó más al mundo: “Mi experiencia personal me enseña que no será la víctima sino el verdugo —si este se salva, sobrevive en una existencia posterior, aun anónima y aparentemente apacible— quien no se sentirá más en su casa en el mundo, por más que finja”. La tortura no es el enfoque exclusivo de Ejercicios de supervivencia, que vuelve sobre casi todos los grandes temas semprunianos: París, Madrid, Buchenwald, la policía franquista, los camaradas de la Resistencia, los amigos.
Y los enemigos. No se resiste a sacar el tema de Santiago Carrillo, pero tampoco insiste, y promete: “No volveré sobre el asunto. Es una historia que no puede interesar ya a nadie… Todo cuanto atañe al comunismo y a los partidos comunistas en el mundo es prehistoria… tan solo interesa ya a los historiadores. ¡Y aun así habrán de ser historiadores enormemente especializados!”.
No pudo volver sobre el asunto, ni sobre otros que quería explorar en la serie completa de Ejercicios de supervivencia. Queda solo este fragmento del libro interminable de Semprún.
En mayo Debate publica Ida y vuelta, la biografía de Jorge Semprún, a cargo de Soledad Fox Maura
Jorge Semprún
Prólogo de Mario Vargas Llosa
Traducción de Javier
Albiñana
Tusquets, Barcelona,
2016, 136 págs.