El mito de la escasez de agua y alimentos
Los conceptos de agua virtual y de huella hídrica premiten definir si un país tiene independencia hidrológica
Desde hace casi dos décadas, la Real Academia de Ciencias desarrolla con éxito el “Programa de promoción de la cultura científica y tecnológica”. En dicho programa se contempla que cada curso haya una veintena de conferencias sobre temas científicos de actualidad, dadas por académicos en distintos centros repartidos por toda la geografía española.
En el curso 2014-2015, intervine con una conferencia cuyo título era “Escasez mundial de agua y de alimentos: ¿realidad preocupante o manipulación interesada?”. Fue publicada poco después en la revista de la Real Academia de Ciencias. Yo venía a demostrar que, en general, se trataba de una manipulación de datos más que de una realidad preocupante y contrastada.
Apenas ha pasado tiempo desde mi anterior análisis. Sin embargo, últimamente han aparecido nuevos datos que aconsejan estudiar otra vez el tema. Aquí vamos a considerar la influencia de los cambios en:
- a. Las previsiones demográficas.
- b. El comercio internacional y la política global del agua.
- c. La degradación frecuente de los estándares de los valores éticos.
- d . La revolución silenciosa del uso intensivo de las aguas subterráneas.
Alejandro Macarrón publicó un libro con el título El suicidio demográfico de España (Homo Legens, 2011). Se trata de un documentado trabajo en el que se muestra que el panorama económico y social de nuestro país, en menos de tres o cuatro décadas, va a ser muy sombrío debido al envejecimiento de la población. Para Macarrón —y pienso que tiene razón—, este es el principal problema que tendrá España en un futuro próximo. Él sugiere que España debería establecer una política de protección a la familia parecida a la de los países nórdicos.
Otros piensan que el envejecimiento de nuestra población autóctona podrá ser compensado por la mayor fertilidad de los inmigrantes. Esta posible solución también está rodeada de incertidumbres. En efecto, y en primer lugar, es muy posible que muchas de esas familias de inmigrantes se “contagien” de la filosofía predominante en las familias españolas y que, en muy pocos años, el problema sea el mismo. Pero quizás hay otro caveat más significativo en relación con la idiosincrasia de los inmigrantes. Los últimos atentados terroristas han puesto de manifiesto su escasa integración en el sistema de valores éticos y sociales del país receptor. Los ejemplos de Francia y Reino Unido parecen claros. Se diría que en España la integración de los latinoamericanos es fácil, pues no solo nos une la lengua, sino también sus valores éticos y religiosos.
La importancia del comercio internacional de agua virtual en la política mundial del agua todavía apenas es reconocida entre los teóricos expertos en política del agua. Sobre este aspecto vale la pena mencionar un suceso reciente. Hace unos cuatro años, la OCDE inició un importante programa titulado “Gobernanza del agua”. Se trataba de un ambicioso proyecto con cuatro grupos de trabajo y participación de unas 50 instituciones de diferentes países. Una de ellas era el Observatorio del Agua de la Fundación Botín, que hasta abril de este año me ha honrado dirigir. Al poco tiempo de comenzar los trabajos, contacté con la directora del proyecto para expresarle mi extrañeza de que en ningún momento se hablase a favor o en contra del comercio de agua virtual. Su respuesta fue que ese concepto no entraba en los términos de referencia recibidos por ella y, por tanto, no se iba a considerar.
Si se importa un barco de trigo, es como si se importaran mil de agua virtual, la utilizada para su cultivo
Mi contestación fue una carta al señor Gurría, secretario general de la OCDE, comunicándole que el Observatorio del Agua se retiraba de ese proyecto, pues yo no entendía cómo se podía hablar de la gobernanza del agua sin tener en cuenta el comercio internacional, especialmente el de alimentos. De hecho, el concepto de agua virtual fue propuesto por vez primera por el profesor Tony Allan del University College de Londres, con motivo de sus estudios de la política del agua en la región MENA (Midle East and North Africa). El ejemplo típico que se pone es que cuando Jordania importa un barco de trigo es como si importara mil barcos de agua virtual, es decir, el agua necesaria para producir ese trigo en Jordania. De este modo, Jordania puede emplear sus escasos recursos hídricos en actividades más lucrativas, como son cultivos de mayor valor o turismo.
El Observatorio del Agua ha realizado numerosos estudios sobre el uso y el comercio de agua virtual en España. Una primera síntesis ya se presentó en el libro titulado Water Footprint and Virtual Water Trade in Spain: Policy Implications, publicado en 2010 por Springer.
Nuestros ganaderos importan agua virtual barata que les sirve para producir agua virtual bastante más cara
Los concepto de agua virtual y de huella hídrica no solo tienen aplicación para definir si un país tiene independencia hidrológica. Puede utilizarse también para otros análisis importantes que conciernen, entre otros, al “capital natural”. Por ejemplo, en los últimos años España se ha convertido en uno de los exportadores más importantes mundiales de porcino. Esto sería imposible si el alimento para esos animales tuviera que ser producido en España. La realidad es que gran parte de ese forraje, en forma de maíz o soja, se importa de Argentina o Brasil. Se trata de un buen negocio. Nuestros ganaderos importan agua virtual barata que les sirve para producir agua virtual bastante más cara, en forma de carne de cerdo.
Sin embargo, este proceso tiene un aspecto negativo que no se está considerando adecuadamente. Se trata del deterioro que se produce en el medioambiente español, a causa de los purines originados por esos animales. Se trata de un aspecto que requiere mayor atención por la Administración española.
Por lo que se refiere a la degradación general de los valores éticos, en los últimos meses quizás hemos visto demasiados casos de corrupción en temas relacionados con los recursos hídricos, casos que afectan a personas de casi todos los partidos políticos. Tal vez el mejor método para disminuir esos tan frecuentes casos de corrupción sea mejorar en transparencia.
En este sentido, el Observatorio del Agua, junto con Transparencia Internacional-España, desde hace cinco años ha realizado varios informes preliminares sobre la transparencia de las confederaciones hidrográficas que pienso pueden tener una influencia muy positiva para reducir los casos de corrupción en un futuro no lejano.
En lo que concierne a la “revolución silenciosa del uso intensivo de las aguas subterráneas”, España no constituye ninguna excepción en lo ocurrido en la mayor parte de las regiones áridas y semiáridas. En los últimos 50 años, la extracción mundial de aguas subterráneas se ha multiplicado por 10, pasando de 100 km3/año a 1000 km3/año. El caso más espectacular es el de la India, donde se han perforado en el último medio siglo 20 millones de pozos. La India ha pasado a ser un país que experimentó terribles hambrunas con millones de muertos a ser un país exportador de grano. En España, la extracción de aguas subterráneas en ese periodo parece haber pasado de 3 a 7 km3/año. En general, el control de las aguas subterráneas por parte de la Administración española puede calificarse como caótico. Esta situación demanda una actuación del Gobierno mucho más clara, sobre todo por el importante papel que pueden jugar los acuíferos para mitigar los posibles efectos del cambio climático.
Tras analizar estos nuevos datos expuestos, respecto al tema de si la escasez mundial de agua y de alimentos es una realidad preocupante o una manipulación interesada, mi punto de vista es que sigue predominando la manipulación interesada de datos, pero que hay otros nuevos, tecnológicos y sociológicos, que exigen a los gobiernos tomar decisiones que permitan evitar la posible falta de agua y alimentos para la humanidad en un futuro cercano.