Casi tres semanas después del 20-D, Ciudadanos sigue el mismo plan de acción que Albert Rivera dibujó a las pocas horas de conocer el resultado electoral: quiere que la legislatura eche a andar cuanto antes, con un gobierno del Partido Popular en minoría, facilitado por la abstención de sus 40 diputados y la de los socialistas en la investidura de Mariano Rajoy. A pesar de la negativa del PSOE, ese es el horizonte con el que siguen trabajando, confiados en que las circunstancias, tarde o temprano, obligarán a rectificar al partido de Pedro Sánchez.
Contemplan, además, una presidencia del Congreso en manos de un partido que no sea el PP, lo que podría llevarlos a apoyar a un candidato socialista, y aspiran a colocar en la Mesa de la Cámara a dos representantes: un vicepresidente y un secretario.
Es el escenario en el que, una vez que las urnas le negaron la capacidad de influencia a la que aspiraba, Ciudadanos puede sentirse más cómodo: con sus 40 diputados “en una labor de oposición constructiva y razonable, desde su posición de centro político”, y en un Parlamento con “capacidad de maniobra para imponer la agenda al Gobierno”, según fuentes del partido naranja consultadas por AHORA.
El margen de maniobra de Ciudadanos para lograr sus objetivos es, sin embargo, dispar. Para la formación de gobierno poco más pueden hacer, salvo lo que han hecho hasta ahora: redoblar sus emplazamientos a Pedro Sánchez, al que incluso Rivera propuso el pasado día 23 formar parte de una mesa de
En Ciudadanos ven improbable que se repitan las elecciones, de resultado incierto también para el PSOE
negociación a tres bandas —PP, PSOE y Ciudadanos— para garantizar la estabilidad, hacer frente al desafío independentista y acometer algunas de las reformas que necesita el país. A partir de ahí, y tras la negativa de los socialistas, que el propio Sánchez trasladó a Rivera en la conversación telefónica que mantuvieron el pasado día 24, solo cabe esperar.
En el partido naranja, sin embargo, confían en que los socialistas acaben finalmente cediendo. No contemplan otro escenario. Primero, porque la propia división del PSOE parece haber cerrado las puertas a un entendimiento con Podemos mientras mantenga su apuesta por un referéndum en Cataluña. Y segundo, porque la opción de caminar hacia unas nuevas elecciones de resultados impredecibles implica una incertidumbre a la que pocos —y menos los socialistas, en su actual situación de crisis interna— quieren enfrentarse. Según sus previsiones, quizás no sea en la primera votación, pero en la segunda o en la tercera o en la que sea los socialistas acabarán permitiendo un gobierno del PP. De hecho, ponen como ejemplo la inanición política en Cataluña para ilustrar las consecuencias negativas de cualquier otra decisión.
Órganos del Congreso
Mientras ese momento llega, el partido de Rivera maniobra ya en la segunda parte de su escenario ideal: la que hace referencia al funcionamiento futuro del Congreso. Y ahí sí tienen mucho que decir. El número cuatro de Ciudadanos en la lista por Madrid, Miguel Ángel Gutiérrez, ha comenzado ya la ronda de contactos para negociar la formación de la Mesa del Congreso, un organismo crucial en el día a día de la Cámara con competencias no solo sobre su presupuesto,sino también sobre la formación de grupos parlamentarios, las peticiones de comparecencias de altos cargos, la tramitación de propuestas legislativas o el ordenamiento de los debates.
Formada por el presidente, cuatro vicepresidentes y cuatro secretarios, en la legislatura que ahora concluye la Mesa ha reflejado en su composición la mayoría absoluta con que ha contado el PP durante cuatro años: a este partido pertenecen el presidente, dos vicepresidentes y dos secretarios; el PSOE cuenta con un vicepresidente y dos secretarios, mientras el cuarto vicepresidente es de CiU. En la práctica, denuncia Ciudadanos, esa mayoría popular se ha traducido en un “bloqueo” de la institución.
La Presidencia de la Cámara
A partir de ahora, las cosas serán diferentes. La Mesa debe nombrarse el mismo día 13 en que se constituyen las Cámaras. El pasado día 31, Miguel Ángel Gutiérrez, en nombre de Ciudadanos, inició con el portavoz del PP en el Congreso una ronda de conversaciones que continuó el día 4 de enero con el PSOE.
Quieren un secretario y un vicepresidente en la Mesa del Congreso y creen que el presidente no debería ser del PP
Gutiérrez ha trasladado a los partidos lo que ya ha explicitado Rivera: que Ciudadanos es partidario de que el presidente del Congreso sea de un partido diferente al que sustenta el gobierno. Y en eso parece coincidir con el resto de partidos, salvo el PP.
Parece evidente, en este sentido, que sería un candidato socialista el que tendría más posibilidades de ser elegido al frente de una Mesa en la que Ciudadanos espera colocar, como cuarta fuerza política de la Cámara, a un vicepresidente y a un secretario. Y luchará, además, por limitar en ese órgano la representación de Podemos, sobre todo si sus 69 diputados se dividen, como pretenden, en cuatro grupos parlamentarios: el del partido de Pablo Iglesias y uno para cada una de las candidaturas de unidad de las que formó parte en Cataluña, Galicia y Valencia.
“En cualquier caso —explican fuentes de Ciudadanos—, nuestra prioridad no es utilizar la aritmética parlamentaria en un intercambio de sillones sino poner en marcha una legislatura de cambio que empiece a acometer las reformas que necesita el país. Y en esa tarea nos van a encontrar tanto un partido como otro”, añaden estas fuentes. Eso sí, de momento Ciudadanos no quiere ni oír hablar de mayorías alternativas con presencia de Podemos.