1966
La memoria histórica suele flojear y más cuando hace referencia a este pasado nuestro tan cercano en el tiempo, pero que parece tan antediluviano en la historia del pensamiento como es la transición a la España democrática
La Comisión Internacional de Juristas, con sede en Ginebra, publicó en 1962 su informe sobre “El imperio de la ley en España”, y tanto los hechos como los argumentos jurídicos mostraban a las claras que la España franquista distaba mucho de ser un Estado de Derecho. La tendencia natural de la dictadura (aunque no solo de ella) a la demagogia llevó a la publicación, a modo de réplica oficiosa del régimen al mencionado informe ginebrino, de otro informe cuyo título era ya suficientemente significativo: “España, Estado de Derecho”. En ese contexto Elías Díaz ordenó escritos suyos que arrancaban de 1961 y dio forma al libro.
Hacía tres años que se había ajusticiado a Julián Grimau y ese año Fraga presentó la Ley de Prensa e Imprenta
No son pocas las veces en las que a la víctima se la responsabiliza de la acción de sus verdugos, sobre todo cuando el revisionismo histórico se institucionaliza; pasa con la Guerra Civil justificada como consecuencia de la II República, pasaba con las víctimas de ETA y pasó con Estado de Derecho y sociedad democrática. Que la citada Ley de Prensa e Imprenta fuera presentada como una pieza central que garantizaba que el régimen franquista podía considerarse como un Estado de Derecho, y que fuera precisamente remitiéndose a ella (y al Código Penal) como se secuestró el libro y envió a su autor al TOP (Tribunal de Orden Público), resulta de un cinismo que roza el sadismo.
En octubre se cumplen 50 años de la publicación del libro que suma entre reediciones y reimpresiones 18 en total (la última edición, la décima, en Taurus en 2010), que ha sido el manual de miles de estudiantes de Derecho, además de un referente ético y político para buena parte de la intelligentsia española y que su autor, Elías Díaz, valora así: “Pero de la calidad (y amistad) de los lectores es de lo que estoy, desde siempre, sumamente orgulloso. Me los encuentro por todas partes y veo que con frecuencia me recuerdan con agrado y hasta con gratitud, como antiguos compañeros de lucha contra toda aquella confusión: desde gentes hoy en las más modestas, plurales y, a veces, insólitas profesiones hasta buenos ministros reformistas, pasando por embajadores liberales, recios sindicalistas, demócratas antifranquistas, ilustres juristas y sabios profesores que ahora hilan, y está bien, mucho más fino en estas mismas cuestiones”.
En octubre se cumplen 50 años de la publicación del libro Estado de Derecho y sociedad democrática
Sucede, sin embargo (siempre hay un sin embargo), que la memoria histórica suele flojear y más cuando hace referencia a este pasado nuestro tan cercano en el tiempo, pero que parece tan antediluviano en la historia del pensamiento como es la transición a la España democrática. Estado de Derecho y sociedad democrática se enfrentó (y superó) las trabas del ministerio de Fraga. ¿Superará ahora esa España democrática el populismo, el consumismo, el economicismo liberal dogmático y el pensamiento posmoderno más interesado por el estilo y la creatividad que por el rigor y la verdad?
Enhorabuena por el 50 aniversario.